Por Enrique Kogan – Puros Autos
Hyundai esta necesitando de hacer ruido, y dice que introducirá un sistema de desbloqueo e ingreso de huellas dactilares en el nuevo SUV Santa Fe, una característica que afirma es la primera de su tipo en producción en el mundo.
La automotriz Coreana ha tenido problemas de fiabilidad últimamente y sus ventas han bajado, sobretodo en el mercado Hispano donde Kia lo supero, por lo que necesita urgentemente de algo que llame la atención, y esta tecnología pudiera hacerlo.

La impresión se identifica y se transfiere a un controlador de huellas digitales en el interior. Las puertas se desbloquean y el conductor puede encender el automóvil tocando el botón de encendido, que también está equipado con un escáner de impresión.

Hyundai «se jacta” de haber abordado estos problemas mediante el uso de la tecnología de «reconocimiento de capacitancia», que es la propiedad que tienen los cuerpos para mantener una carga eléctrica, y que mide las diferencias en la electricidad estática a través de la punta de un dedo humano normal para prevenir de manera eficiente las falsificaciones y las huellas dactilares falsificadas.

Además de desbloquear e iniciar el automóvil, el reconocimiento de huellas dactilares de Hyundai puede configurar perfiles personalizados para impresiones específicas, configurar el asiento, los espejos y la tecnología de conectividad para cada conductor.
Hoy en día se utiliza la huella dactilar para el control de acceso y presencia de personas en empresas y administraciones gracias a sus características únicas que impiden la suplantación de identidad.
El reloj de fichar moderno funciona con huella dactilar o reconocimiento facial de los empleados lo cual evita que una persona se haga pasar por otra como podía producirse con las antiguas tarjetas de cartón.
Las huellas dactilares y su historia
En las antiguas Babilonia y Persia se usaban las impresiones dactilares para autenticar registros en arcilla, pues ya se conocía su carácter único.
En 1883, el francés Alphonse Bertillon propuso un método de identificación de personas basado en el registro de las medidas de diversas partes del cuerpo. Su método, adoptado por las policías de Francia y otras partes del mundo, tuvo un estrepitoso fracaso cuando se encontraron dos personas diferentes que tenían el mismo conjunto de medidas.
El uso de los relieves dactilares fue por primera vez objeto de un estudio científico por el antropólogo inglés Francis Galton (1822-1911), quien publicó sus resultados en el libro Huellas dactilares (1892).
Los mismos verificaron tanto la invariabilidad de las huellas dactilares a lo largo de toda la vida de un individuo como su carácter distintivo aun para gemelos idénticos.
Los estudios de Galton estuvieron orientados a la determinación de las características raciales hereditarias de las personas (sobre las que las huellas dactilares no podían dar información) y determinó algunas características de las huellas que todavía se usan hoy en día para su clasificación.
Con base en ello, Galton propuso usarlas para la identificación personal en reemplazo del inexacto sistema Bertillon, entonces en uso.
Los cuarenta rasgos propuestos por Galton para la clasificación de las impresiones dactilares fueron analizados y mejorados por el investigador de la policía de la provincia de Buenos Aires Juan Vucetich, a quien el jefe de policía, Guillermo Núñez, le había encomendado sentar las bases de una identificación personal confiable.
Vucetich determinó, inicialmente, ciento un rasgos de las huellas para clasificarlas en cuatro grandes grupos. Logró luego simplificar el método basándolo en cuatro rasgos principales: arcos, presillas internas, presillas externas y verticilos.
A partir de sus métodos, la policía bonaerense inició en 1891, por primera vez en el mundo, el registro dactiloscópico de las personas.
En el año 1892, hizo por primera vez la identificación de una asesina, con base en las huellas dejadas por sus dedos ensangrentados (en particular por su pulgar derecho) en la escena del crimen de sus dos hijos, en la ciudad de Necochea (provincia de Buenos Aires).
La mujer, de nombre Francisca Rojas de Caraballo, había acusado de los asesinatos a su vecino. Pero las huellas describieron que ella fue la asesina.